[...] La historia de
Papel Prensa es la historia del sueño de cualquier editor: un monopolio de papel barato. Es el sueño, también, de cualquier dictador de turno que quiera controlar la prensa: nada mejor que ayudar a los diarios a bajar los costos a la mitad.
Papel Prensa nació el 11 de agosto de 1969 por el decreto Ley número 18.312/69 de la dictadura del general
Onganía, a través del cual fue creado un
"fondo para la producción de papel". El decreto 4.400 del mismo año llamó a concurso nacional e internacional para licitar industrias de papel. A partir de agosto de 1970 más de 100 diarios de todo el país fueron obligados a pagar una contribución extra del diez por ciento a la importación de papel de diario (o papel prensa), que contribuiría a la creación del mencionado
"fondo para la producción". El decreto 43 de 1971, firmado por el general Roberto Marcelo
Levingston llamó a licitación para las plantas, que deberían alcanzar una producción de 340.000 toneladas para proveer a todos los diarios del país. Ni siquiera hoy, treinta años después, se alcanzó ese nivel de producción. Recordó
Ámbito Financiero en una investigación sobre el Caso Papel Prensa que una sola firma se presentó en aquella oportunidad: César Civita y sus socios César Doretti y Luis Rey, todos propietarios de Editorial Abril, responsable de la publicación de las revistas:
Claudia, Siete Días, Panorama, Corsa, etcétera. Editorial Abril no alcanzó a cubrir los requisitos exigidos por el pliego y al año siguiente otro presidente, el general
Lanusse, rechazó la propuesta de Civita y Cía. y autorizó, por el decreto 1.309/72, que se llevara a cabo una contratación directa con la empresa
Papel Prensa S.A. en formacaión, que debía ser garantizada por Editorial Abril. El 6 de octubre de 1972 se aprobó el contrato con la recién fundada Papel Prensa. El Banco Nacional de Desarrollo le otorgó garantías por 20.500.000 dólares, y el gobierno acordó numerosas exenciones impositivas.
Según el dictamen de la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas en 1988, firmado por Ricardo Molinas y reproducido íntegramente por
Ámbito Financiero el 22 de marzo del mismo año,
"el Poder Ejecutivo excendió las facultades conferidas por la Ley de Contabilidad y el decreto reglamentario para la contratación directa". El contrato original estableció distintas clases de acciones: una de ellas podía ser transferidas, pero no las acciones
clase "A" pertenecientes al Grupo Fundador. El 26 de diciembre de 1973 el socio Luis Rey adquirió la totalidad de las acciones al resto de los propietarios encabezados por Civita y ese mismo día pasaron al
Grupo Graiver, ya que Rey según
Ámbito Financiero, era
"un mero testaferro". Graiver continuó con la construcción de la planta hasta que murió en un accidente aéreo en México en 1976. Aún hoy hay quienes que sostienen que
Graiver fraguó su muerte para eludir a sus acreedores montoneros.
A los nueve meses de la desaparición de Graiver comenzaron las diferencias entre herederos y las acciones de clase "A" pasaron a ser propiedad de Clarín, La Nación y la Razón (también se convocó a La Prensa pero máximo Gainza, su director, no aceptó formar parte de la emrpresa). La cesión de acciones de los Gravier formó parte de un curioso acuerdo extrajudicial por el que los Graiver vendieron primero a Luis Rey y él, como integrante del Grupo Fundador, vendió al Clarín. Firmaron el convenio en representación de "los Diarios" Bernardo Sofovich y Patricio Peralata Ramos. El traspaso de acciones se llevó a cabo sin que fuera realizada la correspondiente sucesión de David Graiver, y los herederos objetaron el bajo precio al que la dictadura militar les obligó a vender sus acciones. El 18 de enero de 1977 se realizó la entrega física de la empresa. Luego de la insólita
"transacción" los herederos de Graiver fueron detenidos por el general
Camps, por lo que ni siquiera llegaron a cobrar el saldo a precio de la cesión por el que el Fiscal Molinas calificó el hecho como
"desaparición de acreedores". Recordó
Ámbito Financiero que el traspaso fue tan vergonzoso que los propios militares
"obligaron" a los nuevos accionistas a que ofrecieran el resto de los diarios el 49 por ciento de
Papel Prensa, algo que los medios nunca se preocuparon por hacer efectivo.
El 8 de marzo de1977 Isidoro Gravier, padre de David, declaró ante el juez Fernando Zavalía que su hijo le había confesado que
"para tomar el control de Papel Prensa voy a conseguir una guita jodida". Es obvio que se refería a los 17 millones provenientes del secuestro de los Born. Un testigo apellidado Rubinstein declaró en la misma causa que los montoneros "le exigían el pago a Lidia Papaleo". Cuando Fiemenich fue detenido en Brasil dijo "Papel Prensa nos pertenece a nosotros".
El 19 de mayo de 1977
Clarín publicó un editorial titulado "A la opinión pública" en el que anunció que "La Nación, Clarín y La Razón adquirieron las acciones clase "A" de Papel Prensa S.A. previa consulta y posterior conformidad de la Junta de Comandantes en Jefe.(...) Como surge de todo lo expuesto la transacción se celebró a la luz pública y con el consentimiento previo y posterior del Estado a través de la más alta expresión de su voluntad, que consta en Acta de la Junta Militar, preservando un proyecto de interés nacional, resguardando el abastecimiento para todos los diarios de su principal insumo, en defensa de la libertad de prensa, de conformidad con una centenaria tradición argentina y respetando uno de los soportes de nuestro estilo de vida".
El conmovedor alegato sobre la libertad de prensa en dictadura publicado por Clarín tuvo, otro motivo: el gobierno militar no sólo les entregó Papel Prensa, sino que facilitó las gestiones para que los diarios recibieran dos créditos: uno del Banco Español de Río de la Plata y otro del Banco Holandés Unido sucursal Ginebra, por un monto de 7.200.000 dólares, a sola firma y sin aval ni garantías.
Calculó Héctor Ruiz Núñez en
Humor que
"en término de cinco años la utilidad que logró producir Papel Prensa exclusivamente a través de la protección estatal y sus precios monopólicos, superó los cien millones de dólares". Ya el Estado había favorecido a la empresa con el mencionado crédito del BANADE para la construcción y equipamiento de la planta de San Nicolás, eximición de impuestos nacionales por diez años, tarifas de energía reducidas e implantación de aranceles de hasta 53 por ciento en la importación de papel, lo que le permitió a
Papel Prensa imponer sus precios en el mercado. En julio de 1982 las medidas elaboradas por el entonces presidente del Banco Central,
Domingo Cavallo, estableciendo tasas de interés inferiores a la inflación le significaron a
Papel Prensa una reducción en sus deudas finanacieras de 42 millones de dólares.
A comienzos de la década del ochenta el diario
La Razón entró en caída y terminó en quiebra, a cargo del juez Héctor Foiguel López. El magistrado
le vendió a Clarín el único activo valioso de la quiebra: las acciones de la La Razón en Papel Prensa. Según manifestó en un fallo la Cámara de Apelaciones, el juez Foiguel López vendió esas acciones a
Clarín "a precio vil". La cámara le solicitó a la Corte Suprema que le iniciara juicio político a Foiguel López. La Corte, luego de analizar el caso , estableció que había
"graves irregularidades" y solicitó a la Cámara de Diputados el jury a Foiguel.
Sorpresivamente, el diputado Alberto Balestrini terció en la discusión pidiendo juicio político a los miembros de la Cámara de Apelaciones, que fueron quienes detectaron la maniobra. Finalmente, todo quedó en la nada, y el juez Foiguel López se retiró de la Justicia para pasar a vivir de rentas.
Jorge Lanata,
"Argentinos. Tomo 2: Siglo XX: desde Yrigoyen hasta la caída de De La Rua", 2003. Séptima Edición , Junio 2005.
Páginas 401-402-403.
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El Presidente que No Tuvo Frac
[...] El 5 de noviembre de 1963
Illia firmó los decretos 744 y 745/63 que anularon los contratos petroleros firmados por
Frondizzi. Fueron declarados
"nulos de nulidad absoluta, por vicios de ilegitimidad y ser dañosos a los derechos de los intereses de la Nación" los contratos de YPF con C. M. Loeb, Rhoades and Co., Astra, CADIPSA, Continental Oil Company of Argentina, Esso Argentina Inc., The Ohio Oil Co., Pan American Argentina Oil Co., Shell Production Company of Argentina Ltd, Tenesse Argentina, Union Oil Co. of California, Southeastern Drilling Co., Kerr-Mc Gee Oil Industries Inc. y SAIPEM (ENI).
La posición del gobierno contó con feroces críticas de la prensa:
Clarín,
manejado por el desarrollismo, desaprobó la anulación de los contratos a los que calificó de "factor esencial de la estructura económica que debe sustentar el proceso de desarrollo de la Nación". El seminario
Primera Plana, dirigido por Jacobo
Timerman, comenzó desde entonces su prédica golpista
a favor de Onganía hasta que logró, tres años después, convertirse en uno de los factores más importantes de la campaña para desacreditar al Presidente ante la opinión pública
"progresista".
Jorge Lanata,
"Argentinos. Tomo 2: Siglo XX: desde Yrigoyen hasta la caída de De La Rua", 2003.
Páginas 239.
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A Dios Rogando
El golpe de Onganía tuvo buena prensa: no sólo fue impulsado desde los semanarios sino que, una vez instalado en el poder, contó con el beneplácito de la prensa diaria:
Clarín, alineado con el frondizismo, le dio la bienvenida al igual que
La Nación, identificada con los sectores conservadores y católicos. Para el
Buenos Aires Herald los golpistas fueron calificados como
"los revolucionarios mejor educados de Latino América". [...]
Jorge Lanata,
"Argentinos. Tomo 2: Siglo XX: desde Yrigoyen hasta la caída de De La Rua", 2003.
Páginas 255.
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La Historia del Pastorcito y el Lobo (parte II)
[...] El 31 de marzo (1976)
La Opinión analizó el primer discurso de Videla:
"De este modo, el general Videla dejó atrás todo margen de dudas: el proyecto nacional de las Fuerzas Armadas se caracteriza por la moderación". El 13 de abril de 1976 opinó Miguel Paulino Tato, titular del Ente de Calificación Cinematográfica, sobre la censura:
" La censura bien ejercida es higiénica. Y altamente saludable como la cirugía. Cura y desinfecta las partículas insalubres, extirpándoles tumores dañinos que enferman al cene y contaminan al espectador".
Para no ser menos, el matutino
Clarín afirmó en su editorial 14 de abril 1976: "
Las actividades y las palabras del gobierno autorizan a pensar que se propone efectuar un tratamiento integral de nuestros males . Dentro de esa perspectiva, y con esa seguridad, resulta plausible el ejercicio de la generosidad y la paciencia recomendada anteayer por el teniente general Videla". Otro editorial de
Clarín, titulado
"La Razón y la Fuerza" del 2 de agosto de 1976, decía:
"El gobierno es la autoriada, y la autoriadad se compone de estos elementos ineludibles: la razón y la fuerza. Esta síntesis formulada hace casi un siglo por Nicolás Avellaneda, sigue siendo válida. La fuerza monopolizada por el estado, y la razón, que legitima la autoridad y proporciona el consenso, son los atributos fundamentales del gobierno. Esto que es así aún en tiempo de paz, lo es con mayor necesidad en plena guerra y tanto más si ésta desenvuelve en parte dentro de las propias fronteras. La marcha hacia el monopolio de la fuerza avanza por caminos convergentes. Ha sido un reclamo formulado por distintas voces y que alcanzan mayor vigor en boca de la Iglesia. La construyen las propias Fuerzas Armadas y sus hombres de gobierno al asociar a distintos sectores en la lucha permanente contra la subversión, procurando a que contribuyan a erradicar las circunstancias objetivas que facilitan su propagación". [...]
Jorge Lanata,
"Argentinos. Tomo 2: Siglo XX: desde Yrigoyen hasta la caída de De La Rua", 2003.
Páginas 366-367.
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Víctor, the cleaner
[...] El 1 de julio de 1982 un dictador sudamericano, el general Reynaldo Benito
Bignone, intentó, sin saberlo, emular a Víctor
the cleaner: se encaramó en el poder con el propósito de borrar las huellas propias y ajenas. Pero siete años de muerte eran demasiado.
[...] Bignone desarrollo en aquellos años buenas relaciones con el
establishment de la prensa local, y la casi totalidad de las denuncias referidas fueron conocidas muchos años después de ocurridos los hechos, en el marco de diversos juicios en la Argentina y en el exterior. Recuérdese que la dictadura obligó a los herederos de David Graiver a desprenderse a precio vil de sus acciones en Papel Prensa, adquiridas entonces por
Clarín, La Nación y La Razón. Según escribió Horacio Verbitsky en
Página /12 refiriéndose a la historia de los enfrentamientos de poder en el diario
Clarín, "en 1981 los mismos métodos persuasivos fueron empleados por la dictadura para forzar el alejamiento del diario de la conducción frigerista, pero no la de Magneto." (N. del A: Magneto es el número dos del
Grupo Clarín, y de hecho el ejecutivo de mayor influencia allí, excepción hecha de Ernestina Herrera, viuda de Noble.) En mayo de este año -escribió Verbitsky en el artículo fechado en 2002- el ex dictador Benito Bignone dirigió una carta a
Clarín en la que recordó con amargura que durante su desempeño como Secretario General del Ejército era invitado
"a almuerzos en la redacción del diario a los que concurría con mis colaboradores. Por supuesto esos ágapes eran correspondidos con otros similares en la sede de la Secretaría General del Ejército. Pasábamos momentos muy gratos y se conversaba con absoluta libertad". [...]
Jorge Lanata,
"Argentinos. Tomo 2: Siglo XX: desde Yrigoyen hasta la caída de De La Rua", 2003.
Páginas 478-479.
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Suena el Teléfono
[...] Las comunicaciones de los bancos hacia los inversores dieron cuenta expresa de que
"éste es un negocio rentable, ya que fueron adquiridas [las empresas públicas] MUY BARATAS.
[N. del A.:En mayúsculas en el original.] El negocio de las telecomunicaciones en el mundo es muy rentable. Cabe destacar que en este caso enparticular, las tarifas de Argentina son altas en relación a otraspartes del mundo". Como si con eso no alcanzara, el gobierno dictó una serie de medidas generosas para el mercado de capitales: eliminación de diversos impuestos a la transacción de títulos privados, eliminación del impuesto a las ganancias por compra y venta de acciones y eliminación de cualquier control serio sobre la inversión extranjera. A esta altura de la situación se impone desarrollar en detalle la historia del denominado
Citicorp Equity Investments, más conocido por su nombre de pila:
CEI o, paradecirlo de otro modo, el más poderoso e intrincado holding de medios de comunicación electrónicos y gráficos que, más adelante,sería puesto al servicio de la reelección de Menem.
El CEI fue conformado por el Citibank para capitalizar en un comienzo sus créditos contra la Argentina, transfiriendo títulos de deuda a cambio de activos de las empresas privatizadas. El directoren nombre del Citibank en el CEI fue Richard Handley, y los gerentes por él designados Gilberto Zabala y Marcelo Gowland. En 1992 el CEI, lanzado a la caza de capitales, vendió una parte de sus acciones al
Grupo Moneta. Ambos crearon el Banco República en la Argentina con su respectiva offshore, el denominado Federal Banken Bahamas, con cuentas y "corresponsalías" en el Citibank de NewYork. Moneta y Handley se conocieron en el reformatorio, y allí sellaron una amistad que duró muchos años. Fue precisamente Raúl Moneta el guía turístico que llevó al CEI de gira por la sinuosa administración menemista. Las primeras
"inversiones" del CEI fueron:
Telefónica, Altos Hornos Zapla, Transportadora Gas del Sur, Celulosa Argentina, Celulosa Alto Paraná, Puerto Piraí, Hotel Llao Llao y Frigorífico Rioplatense. En aquel comienzo la idea de diversificarse en medios de comunicación era todavía un sueño incumplido. La agenda de Moneta estaba llena de teléfonos influyentes: el CEI tuvo también sus socios políticos más allá del jefe, entre otros, el teórico–práctico Roberto Dromi y AlbertoPetracchi.
[...] Una investigación de Antonio Rubio y Manuel Cerdán publicadapor el diario español
El Mundo, afirma que
"Telefónica Argentina pagó durante 1997 y 1998, bajo la presidencia de Juan Villalonga, almenos 870 millones de pesetas (algo así como seis millones de dólares) a sociedades de su accionista Raúl Moneta, financiero argentino procesado por diversos delitos económicos. Moneta exigió dichos pagos a Telefónica para compensar las comisiones pagadas por él a jueces y políticos para conseguir el llamado "rebalanceo telefónico"(...) Moneta era entonces accionista de Telefónica Argentina a través de la sociedad CEI y participaba en un holding de empresas controladas por el grupo bancario norteamericano Citibank (...) Las gestiones de Moneta y el lobby menemista consiguieron una sentencia favorable sobre el rebalanceode las tarifas por parte de la Corte Suprema (...)Telefónica canalizó el dinero a través de las cuentas del Banco República, la entidad financiera de Moneta. Para justificar los pagos se recurrió a un sistema similar al del PSOE: pagar fuertes sumas de dinero por informes que nunca se realizaron". Como muestra del soborno, bastan dos botones:
1. El 19 de noviembre de 1997 mediante la orden PSO16040,Telefónica de Argentina depositó en el Federal Bank 3.000.001 dólares; una semana antes se había dictado el decreto facultando al Secretario de Comunicaciones para que resolviera sobre el otorgamiento del Servicio Básico Telefónico a las sociedades licenciatarias, y sobre la prórroga del período en exclusividad.
2. El 27 de enero del mismo año, mediante la PSO15671 sedepositaron 1.045.474 dólares; en la misma semana la Corte dictó diversos fallos que favorecieron económicamente a las empresas. La Sindicatura General del Estado, mediante un informe que llevól la firma de su titular, el Dr. Rafael Bielsa, evaluó las irregularidades cometidas en la transferencia de las licencias de radiodifusión realizadas en 1998 a cargo del COMFER que violó, entre otrascosas, la legislación antimonopolio.
El Informe Preliminar del COMFER elevado a la Sindicatura presenta un capítulo titulado
"Hallazgos" en el que manifestó: "En lo tocante al origen de los fondos, caben citarse los siguientes ejemplos que surgen del Expediente 4463–COMFER/98:
1) Los aportes irrevocables efectuados el día 23/7/98 por ATLÁNTIDA COMUNICACIONES [N.del A.: mayúsculas en el original] y Federico José Zorraquín a la CÍA SANTA FE SA por 25.000.000 dólares en tanto, en la misma fecha, conforme surge del acta de directorio de la citada sociedad, se realizan compras de acciones de otras empresas por 73.306.134 dólares. Al respecto, cabe consignar que CÍA SANTA FE S.A. se constituyó en fecha 2/7/98 con un capital inicial de 12.000 dólares.
2) En fecha 23/7/98, EDITORIAL ATLÁNTIDA S.A. y ATLÁNTIDA COMUNICACIONES S.A. realizaron aportes irrevocables por 13.135.924 dólares a la CÍA INVERSORA DELINTERIOR S.A., en tanto en la misma fecha se adquirieron acciones de otras firmas por 33.413.402 dólares. Esta empresa se constituyó el día 2/7/98 con un capital inicial de 12.000 dólares.
3) El día 23/3/98 las firmas SYRUP TRADE S.A.; SOUTHELEQUITY CORPORATION y TELEFÓNICA INTERNACIONALDE ESPAÑA efectúan un aumento de capital de ATLÁNTIDA COMUNICACIONES por un valor de 216.070.570 dólares. Esta firma recibe otro aporte de capital de fecha 23/7/98 por 60.000.000 dólares por parte de TELEFÓNICA MEDIA ARGENTINA S.A., SOUTHEL EQUITY CORPORATION Y AMBIT S.A."
Durante todo el proceso de operaciones y entrada y salida desocios, los aportes irrevocables representaron unos 400 millones de dólares entre marzo y diciembre de 1998.
El mismo expediente del COMFER vuelca un informe de ATLÁNTIDA COMUNICACIONES S.A. sobre la conformación accionaria de la empresa: un 40 por ciento de AMBIT S.A.(Hammel Corp, Caldwell Trading Corp, Mabel Vigil de Zorraquín,etcétera); un 30 por ciento de SOUTHEL EQUITYCORPORATION (CEI Citicorp Holdings S.A.) y un 30 por cientode TELEFÓNICA MEDIA DE ARGENTINA S.A. (Telefónica Internacional S.A.).
El CEI Citicorp Holdings S.A. y Telefónica Internacional S.A. son titulares, cada una, del 20 por ciento de las acciones de Torneos y Competencias S.A., sociedad que, a su vez, posee como accionista controlante a TELEARTE S.A., titular de la licencia de Canal 9 dela ciudad de Buenos Aires. Citicorp Holding S.A. y Telefónica Internacional S.A. son propietarias indirectas cada una del 30 porciento de Atlántida Comunicaciones S.A, sociedad que, a su vez, espropietaria del 97,07 por ciento del capital de Editorial Atlántida S.A. firma que, además, es propietaria indirecta del 70 por ciento delas acciones de Televisión Federal S.A., titular de la licencia de Canal 11. El sastre nunca los encontró para cobrarles.
En el Anexo de la documentación aportada por el COMFER a la Sindicatura se destacaron operaciones realizadas por empresas
"en comisión" o con dudosa capacidad de compra:
1) Editorial Atlántida S.A. compró "en comisión" el paquete accionario de Televisora Santafesina S.A. y Rader S.A., el 23 de julio de 1998. La primera operación fue por 36 millones de dólares y la segunda por 53 millones, y ambas fueron realizadas el mismo día que salieron de shopping. Aquel día los Vigil estaban optimistas,ya que veinte días antes –el 30 de junio– declararon en su balanceuna pérdida por diez millones de dólares, y una pérdida acumulada por ejercicios anteriores de 9.600.000 dólares. Pero su suerte cambió de un día para el otro: el mismo balance muestra un aporte de 75 millones de dólares pero no dice quienes fueron los aportantes. Cuando se hace caridad, no todo el mundo quiere aparecer.
Visto en perspectiva, entre 1994 y 1996 el CEI desarrolló una estrategia de adquisición de empresas privatizadas y un plan piloto de su futura expansión en medios: asociarse con su eventual competidor, el Grupo Clarín, integrando la sociedad de Multicanal.
Durante los dos primeros años de este período la propiedad de
Multicanal se dividió en un 70 por ciento de
Clarín y un 30 porciento del
CEI. El deterioro económico de
Clarín lo llevó posteriormente, a mantener la mayoría pero con una menor cantidad de acciones.
Multicanal quedó conformado así: Clarín 51 por ciento, CEI 22,5 por ciento y Telefónica de España 26,5 por ciento. A fínales del período, entre 1996 y 1997, el CEI se desprendió de todas sus empresas
"laterales" para concentrarse en medios. Vendió Papel Inversora, Alto Paraná, Tringer, Frigorífico Río Platense,COINELEC S.A., EDELAP, CIESA/ Transportadora de Gas delSur, SODIGAS PAMPEANA S.A., SODIGAS DEL SUR S.A., Celulosa Puerto Piray y el Hotel Llao Llao, y adquirió el 10 porciento de EDERSA S.A., empresa de servicios eléctricos de Entre Ríos. Desde aquel momento c
omenzó la que podría llamarse la segunda etapa en la corta, alegre y divertida existencia del proyecto CEI. Cuando fue definitivamente "por los medios", el CEI compró:
» El 33,28 por ciento de Cablevisión S.A.
» El 50 por ciento de FINTELCO S.A.
» El 50 por ciento de Video Cable Comunicaciones S.A. (VCC)
» El 50 por ciento de United International Holding Argentina S.A.
» El 16,67 por ciento de Torneos y Competencias S.A.
» El 9,84 por ciento de Prime Argentina S.A.
» El 7,87 por ciento de Telered Imagen S.A.
» El 9,84 por ciento de Televisión Satelital Codificada.
» El 9,84 por ciento de Telearte S.A. (Canal 9)
» El 50 por ciento de Advance Telecomunicaciones S.A.
Las ventas de todas sus empresas en el período anterior le reportaron al CEI un ingreso de 60 millones de dólares en 1996 y 380 millones en 1997, contabilizando un total de 440 millones de dólares.
Pero las compras que hicieron en los años inmediatamente posteriores se elevaron a 1.080.000.000 de dólares (mil ochenta millones), una nueva muestra de que, durante la estabilidad, todos los argentinos pudimos volcarnos al ahorro.
Según señalan Aveles, Forcinito y Shorrs en El oligopolio económico argentino frente a la liberalización del mercado, un trabajo publicado por FLACSO y la Universidad de Quilmes enabril de 2001,
la composición del CEI en julio de 1998 era la siguiente:
» Grupo República 39,6 por ciento.
» Hicks, Muse, Tate and Furst (un grupo económico de Texas, el Estado de Bush) 32,7 por ciento.
» CITIBANK 23 por ciento.
» Pequeños accionistas de la Bolsa y abuelitas con ahorros 4,7 por ciento.
Jorge Lanata,
"Argentinos. Tomo 2: Siglo XX: desde Yrigoyen hasta la caída de De La Rua", 2003.
Páginas 598-599-600-601-602-603.
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La Re-Re
[...] Dos escándalos por corrupción despidieron el segundo gobierno de
Menem: las exenciones impositivas a los medios del
CEI (que impulsaban una, dos y más re – reelecciones) y la virtual quiebra del Banco de La Rioja.
Respecto del primero, conocido mediante un dictamen de la Oficina Anticorrupción cuando ya Menem era ex presidente, Horacio Verbitsky escribió en Página/12 que
"los multimedios de comunicación más poderosos del país recibieron beneficios ilegales concedidos en forma discrecional". El dictamen firmado por el Director de Investigaciones de la Oficina, Manuel Garrido y por el investigador José Ipohorski Lenkiewicz y citado por Verbitsky en la nota de referencia,
"denunció por administración fraudulenta de fondos públicos y negociaciones incompatibles con la función pública a los ex interventores del Comité Federal de Radiodifusión(COMFER) entre 1993 y 1999, León Guinsburg, Ana Lucía Tezóny José Aiello. La demanda estima provisoriamente un perjuicio al fisco en unos 200 millones de pesos. Otros cálculos lo elevan a milmillones". El
"leading case" sobre el que el COMFER basó una serie de exenciones impositivas a los canales fue la solicitud deTelefé a raíz del incendio de sus instalaciones el 18 de septiembrede 1992. La emisora estaba entonces manejada por el amigo presidencial Constancio Vigil y por el abogado presidencial (y de Yabrán) Carlos Fontán Balestra. El beneficio se concedió en 1993 a pesar de que Telefé contaba con los correspondientes seguros y adeudaba once millones por impuestos al COMFER. Pero el Comité decidió favorecerlo señalando que el canal,
"a través del satélite, llegaba a gran parte del territorio nacional, incluyendo zonas defomento y de frontera". Verbitsky sostuvo que el COMFER, "através de la Resolución 393, declaró zona de fomento a todo el territorio de la Nación, con excepción de las ciudades que superen 200.000 habitantes (...) y, cuando se tratara de un operador de cable, ni siquiera se aplicaría esa restricción demográfica". Así, el 22 dediciembre de 1994 el gobierno concedió una exención del 40 por ciento del gravamen para Cablevisión durante 1995 y del 50 porciento para 1996.
Cablevisión fue vendido a TCI Communicationsen abril de 1995, a 286 millones de dólares. Otras empresas del mismo grupo (titulares de la licencia de Canal 2, Radio América, FM Aspen y Radio del Plata) obtuvieron exenciones que fueron desde el 70 al 100 por ciento desde junio de 1994 hasta marzo de 1999. Telefé pidió otra exención para compra de inmuebles y equipamiento por 38 millones, y se le concedió una exención del 35 por ciento hasta marzo de 1999 y del 45 por ciento hasta marzo de 2001. En marzo de 1998 el CEI Citicorp y Telefónica Internacionalse incorporaron a la sociedad. VCC recibió exenciones entre 1993 y1997, aunque la Sindicatura General (SIGEN) detectó que las facturas presentadas por VCC por una presunta
"modernización del servicio" fueron, en realidad, por
"compras de elementos de consumo". Durante 1996 VCC compró más de treinta cables del interior. Canal 9 solicitó y obtuvo exenciones desde el 50 hasta el 75 por ciento, y en 1997 entró como socio controlante la empresa australiana Prime Televisión Ltd. Supercanal, del Grupo Vila–Manzano– Mas Canosa, obtuvo exenciones del 100 por ciento.
En 1999 el ING Bank Securities le otorgó un crédito por 90 millones para comprar cables del interior, y Multicanal y Artear, ambas del grupo Clarín, obtuvieron exenciones entre el 40 y el 50 por ciento, por 38 millones entre las dos empresas. [...]
Jorge Lanata,
"Argentinos. Tomo 2: Siglo XX: desde Yrigoyen hasta la caída de De La Rua", 2003.
Páginas 626-627.
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En Búsqueda del Yo
[...] La preocupación del argentino por su posición social enfrenta ese dilema: el lugar ocupado por nuestro argentino siempre se halla en peligro por el apetito de otros hacia él, y la audacia con que intentan arrebatarlo. Escribió Ortega y Gasset:
"Cualquier individuo puede, sin demencia, aspirar a cualquier puesto, porque la sociedad no se ha habituado a exigir competencia".
¿Qué competencia podría exigirse en este país de monopolios legales, de leyes convenientes, de amnistías y estados de excepción?[...]
Jorge Lanata,
"Argentinos. Tomo 2: Siglo XX: desde Yrigoyen hasta la caída de De La Rua", 2003.
Páginas 644.
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“Es obvio que obraba en nosotros el ejemplo de los semanarios estadounidenses y europeos y de cientos diarios tales como Le Monde y The New York Times. Lamentablemente no tomamos de ellos lo más preciado para todo periodismo político que se precie de serlo: la defensa de las instituciones democráticas. Por presumir de independientes acabamos por serlo del destino de nuestra sociedad y ayudamos, como casi todas las publicaciones de la época, al derrocamiento del gobierno de Illia. Cuando reaccionamos, al menos en Primera Plana, el general usurpador que ocupaba la Casa Rosada cerró la revista. Tal vez hizo bien.”
Ramiro Casasbellas, peridísta subdirector de
Primera Plana. Autocrítica hecha en 1992.
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Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, N° 26.522, promulgada el 10 de octubre de 2009
Véase también:
http://patag0n.blogspot.com.ar/2012/11/principios-de-la-propaganda-segun.html
http://patag0n.blogspot.com.ar/2012/11/network-1976.html
http://patag0n.blogspot.com.ar/2010/08/guerras-mentidas.html