domingo, 26 de septiembre de 2010

Te contaré una historia....

-Te contaré una historia (dijo Zedka)

“Un poderoso hechicero queriendo destruir un reino, colocó una poción mágica en un pozo del que todos sus habitantes bebían. Quien tomase aquella agua, se volvería loco.
A la mañana  siguiente, toda la población bebió y todos enloquecieron, menos el rey, que tenía un pozo privado para él y su familia, donde el hechicero no había conseguido entrar. El monarca preocupado, intentó controlar a la población ordenando una serie de medidas de seguridad y de  salud pública, pero los policías e inspectores habían bebido el agua envenenada, y juzgado absurdas las disposiciones reales, decidieron no respetarlas de manera alguna.
Cuando los habitantes de aquel reino se enteraron del contenido de los decretos, quedaron convencidos de que le soberano había enloquecido  y por eso disponía cosas sin sentido. A gritos fueron hasta el castillos exigiendo que renunciase.
Desesperado, el rey se declaró dispuesto a dejar el trono, pero la reina lo impidió diciendo: Vayamos ahora hasta la fuente y bebamos también. Así nos volveremos iguales que ellos.
Y así se hizo: el rey y la reina bebieron el agua de la locura y empezaron inmediatamente a decir cosas sin sentido. Al momento sus súbditos se arrepintieron: ahora que le rey estaba mostrando tanta sabiduría, ¿por qué no dejarle gobernar?
El país continuó en calma aunque sus habitantes se comportasen de manera muy diferente a sus vecinos. Y el rey pudo gobernar hasta el fin de sus días.”

Verónika se rió.
-Tú no pareces loca –dijo.

-Pero lo soy, aunque esté siendo curada, por que mi caso es simple: basta recolocar en mi organismo una determinada sustancia química. Sin embargo, espero que esa sustancia se limite tan sólo a resolver mi problema de depresión crónica; quiero continuar loca viviendo mi vida de la manera que yo sueño y no de la manera que todos los otros desean. ¿Sabes que hay allá afuera, detrás de los muros de Villete?

-Gente que bebió del mismo pozo

-Exactamente –dijo Zedka-. Creen que son normales porque todos hacen lo mismo. Voy a fingir que también bebí de aquella agua....


Paulo Coelho, “Verónika decide morir”

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