miércoles, 24 de marzo de 2010
Memorias del inconsciente colectivo
El corazón de las tinieblas es tan oscuro que late bajo una caparazón de eufemismos: asesinar es “ajusticiar”, robar es “recuperar” o “expropiar”, torturar es “confesar”, muerto es “desaparecido”, secuestrado es “adoptado”, emboscada es “enfrentamiento”, excursión de un militante de la clase media por las fábricas y los barrios de la clase obrera es “proletarización”, represión sexual es “moral revolucionaria”, acomodar la realidad a la teoría es “hombre nuevo”, explotación y entrega es “cultura occidental” y pseudodemocracias son “nueva forma de vida”. La mayor parte de las palabras fueron cambiadas: era la única forma de soportar el hedor de este cementerio de tumbas abiertas.
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