“Hacia el primer día, todo señalábamos a nuestros países. Hacia el tercero o el cuarto, señalábamos a nuestros continentes. Para el quinto día, ya éramos concientes de que solo hay una Tierra.”
Príncipe Sultán, Bin Salmon Al-Saud, astronauta de Araba Saudí.
No tenemos todavía la tecnología necesaria para crear grandes asentamientos en otros planetas o sustituir lo que nos ofrece nuestra Tierra.
Estamos ante problemas que nos afectan globalmente pero, los que mueven los hilos de la marioneta progreso, no piensan globalmente. En este mundo, como dice el astronauta Saudí, la mayoría quedo en el primer día, unos pocos amanecen en el segundo día y, contados e impotentes, viven en el quinto día.
“(...) El mundo me llegó por correo. (...)Tenía el rótulo de frágil. Era una esfera transparente con agua hasta la mitad. En su interior había vida: una red de ramas, algunas recubiertas de filamentos de algas verdes, y seis camaroncitos rosados bailoteando entre ellas. (...) A diferencia de un acuario, este mundo cristalino es un mundo cerrado. Entra luz y nada más. Todo debe reciclarse”
Carl Sagan, Miles de Millones
Hace falta que el Homo Sapiens evolucione mentalmente a una nueva especie, donde su mente no abarque solo a su provincia, su país o su continente, sino a su único mundo. Donde su nación no abarque a su país, sino a la humanidad. Donde sus proyectos y acciones no estén orientados a su tiempo de mandato o a su efímero tiempo de vida, sino a largo plazo… No pensar en escalas de tiempo de vida humana, sino de humanidad…
“No hemos heredado la tierra de nuestros antepasados, la tenemos en préstamo de nuestros hijos.”
Proverbio de pueblos originarios (norteamericano)
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